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miércoles, 29 de noviembre de 2017

EL MÉXICO QUE TODOS QUEREMOS


























                                               POR LA ESPIRAL
                                               Claudia Luna Palencia
                                               @claudialunapale



-El México que todos queremos



            Ya sea José Antonio Meade, Andrés Manuel López Obrador, quien resulte candidato del Frente Ciudadano por México o bien uno de los tantos  independientes, la conquista del máximo sillón del poder no será esta vez nada fácil.

            Debemos tomar en cuenta varias aristas internas y externas, el ciclo actual y las variables endógenas y exógenas que están pesando en el ánimo de los potenciales electores.

            Primero que nada, los Millennials, cada sexenio se suman más nuevos jóvenes votantes pertenecientes a esa peculiar generación que está alterando  el orden acostumbrado de las cosas.

            Estos muchachos y muchachas, a diferencia de sus padres y de sus abuelos, no le temen al cambio, no quieren repetir la vida estresada padecida por sus padres que viven hipotecados, endeudados y pagando en “cómodas mensualidades” desde la primera hasta la última letra del alfabeto.

            Tampoco quieren la de sus abuelos que sacrificaron libertad para no padecer miseria y que dejaron de exigir democracia para ajustarse el cinturón ante lo que hubiera al alcance.

            Los Millennials no están casados con una ideología política per se, no son ni rojos a morir ni blancos a rabiar más bien tienden peligrosamente a la apatía y por eso todavía es más difícil seducirlos electoralmente hablando.

            Así es que  las próximas-inminentes campañas electorales deben contener un lenguaje fresco dejando atrás la misma absurda retórica de siempre saturada de promesas francamente incumplibles.

  Deben tener un contenido práctico, el know how clarificador de cómo proponen el rumbo para el país en el próximo sexenio, esos jóvenes milénicos que ahora han alcanzado la mayoría de edad (y pueden votar) saben bien que, durante el próximo sexenio, habrán salido de la universidad o de la escuela técnica y demandarán condiciones de empleo.

       Muchos de ellos, inclusive,  ya están trabajando y quizá lo hagan con contratos temporales adquiriendo sus primeras experiencias laborales, a ellos hay que darles certezas.

            No basta con la ristra de promesas, ellos no creen en la varita mágica, son prácticos: si no se les llega al cerebro con un programa creíble, simplemente no votarán.
    
¿Qué mensaje les dará Meade o López Obrador en campaña? ¿Cómo convencerles de que no verán pasar ante sus ojos, otros seis años repetitivos de más de lo  mismo?
A COLACIÓN
            A los factores internos de toda la vida: pobreza en más de la mitad de la población, inequidad, desigualdad social, creciente población en la economía informal sin prestaciones ni ahorro para el retiro; problemas con el peso de la deuda interna dentro del PIB, volatilidad en la moneda considerada como emergente  en el exterior más las implicaciones de seguir contando con una economía no despetrolizada en su dependencia con las finanzas públicas… a todo eso hay que añadirle la influencia del entorno internacional.

            Y en el ámbito externo, tampoco las cosas son muy boyantes ni clarificadoras, varios outsiders están conquistando la cima del poder y la gente está votando a los extremos sean de derecha o de izquierda.

      La larga crisis económica en Europa y Estados Unidos ha sensibilizado la piel de los perdedores y castigados por ésta, por ende, están dejando sentir su inquina en las papeletas en cada elección.

      El tren del populismo que antes corría sobre de los rieles de los países catalogados de tercermundistas lo hace actualmente dentro de las llamadas economías más prosperas del planeta.

      La llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos y los ásperos resultados electorales en las diversas citas europeas dan muestra de que hay (y mucha) gente enojada con el establishment. No descartemos que, cualquier cosa, pueda suceder el 2 de julio de 2018.
Directora de Conexión Hispanoamérica, economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales




lunes, 27 de noviembre de 2017

LA PACHORRA DEL FONDEN
























  POR LA ESPIRAL
  Claudia Luna Palencia
   @claudialunapale


-La pachorra del FONDEN



 Realmente sorprende que el Fondo Monetario Internacional (FMI) espere que el PIB de México cierre 2017 con un crecimiento del 2.1%, como anticipó hace poco en “Perspectivas de la Economía Mundial”.

 Y remarco mi asombro debido a los dos acontecimientos (uno inesperado y otro anticipado desde la campaña de Donald Trump) más significativos que han  marcado el rumbo del país –al menos este año- y  me refiero: al lamentable terremoto del 19 de septiembre pasado y por supuesto a la difícil mesa de renegociación del NAFTA-TLCAN.

El primer hecho, derivado de la naturaleza, ha tenido consecuencias tanto en el patrimonio inmobiliario como en la vida humana lo que significa un esfuerzo adicional y que afecta todavía más en un país en el que sigue prevaleciendo la escasa cultura del seguro.

El Fondo de Desastres Naturales (FONDEN) que cada año contempla el Presupuesto Federal tiene, por desgracia, cada vez mayor demanda debido a la cantidad de fenómenos climatológicos que afectan a la población de México en diversas entidades.

La temporada de huracanes o bien las intensas lluvias en distintas zonas son de lo más recurrentes con las consecuentes afectaciones,  por esa razón la crítica más frecuente al Fonden es el tiempo de  demora en la ayuda oficial.

 Mientras la sociedad civil es la primera en reaccionar de forma espontánea y generosa y el Ejército entra en la dinámica del salvamento y la ayuda mediante el Plan DN-III, los recursos monetarios del Gobierno Federal tardan siempre en activarse so pena del sufrimiento de las personas afectadas.

Más de lo  mismo:  vamos a llegar a diciembre y  apenas serán entregados los recursos del Fonden a los diversos gobiernos estatales que padecieron la afectación derivada del fuertísimo movimiento telúrico y a partir de entonces comenzará la derrama a los distintos órdenes, hasta llegar a los municipios que también solicitaron la ayuda.

 En Ciudad de México, el asunto también va preocupantemente lento y si bien el daño en la vida humana no tuvo –afortunadamente - los miles de decesos del 19 de septiembre de 1985, el evento catastrófico de dos meses atrás dejó en cambio miles de edificios dañados en comparación con hace 32 años.

 En el acto se cayeron 38 edificios en la capital del país, sin embargo, en el más reciente balance dado a conocer por Miguel Mancera, jefe del Gobierno de la Ciudad de México, hasta 8 mil inmuebles están dañados y dentro de éstos, mil serán demolidos.

 Es decir, la demolición y primordialmente la reconstrucción, pueden demorar años, es sin lugar a dudas una herencia para la próxima administración, un tema que va más allá de la mera coyuntura y que los candidatos para la Presidencia tienen que contemplar dentro de su programa de propuestas en caso de llegar a gobernar.
A COLACIÓN
Y es que detrás de cada inmueble caído, en vías de demolición o bien de rehabilitación están varias familias agobiadas, ¿si usted, amigo lector, perdiera de la noche a la mañana su vivienda, tiene en su cuenta bancaria el dinero suficiente para comprarse otra?

  Mucho más fácil la tienen aquellos que si bien perdieron lo  material estaban alquilando su departamento, habrá que hacer el esfuerzo de adquirir lo más inmediato pero pueden mudarse a vivir a otro sitio.

  Lo dramático es para quienes eran propietarios y no tenían seguro; lo penoso es para quienes son propietarios hipotecados y han sido dañados de una u otra forma porque siguen pagando una hipoteca como esté el bien inmueble.

¿Cuentan las instituciones de crédito con una línea alternativa para, por ejemplo, dar digamos tres meses de gracia de no pago de hipoteca para permitir una vía de oxígeno a los afectados?

¿Cuántos impagos de futuro inmediato pueden comenzar a alterar el tema de las hipotecas con las instituciones de crédito? Me atrevo a decir que habrá más de un caso.

 Por lo pronto, vía el Fonden que cuenta con 9 mil millones de pesos, será otorgada una tarjeta de hasta 120 mil pesos para aquellas personas que se quedaron sin su departamento o casa; y de hasta 15 mil pesos para aquellas que deben rehabilitar o reparar su lugar de vivienda. Insisto, insuficiente y una herencia perniciosa.
Directora de Conexión Hispanoamérica, economista experta en periodismo económico y escritora de temas internacionales






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Vamos para Santander a la presentación de mi novela #ElClubDeLaNaftalina que tan buena acogida está teniendo en España; ya estuvimos en ...